Al igual que realizamos labores de MANTENIMIENTO PREVENTIVO en nuestros vehículos, vitales para nuestra vida… ¿por qué no las realizamos en los sistemas informáticos de nuestras empresas, vitales para su evolución y desarrollo?

Pongámonos en situación. En cada casa, en cada familia, hoy en día existe al menos un vehículo, un coche (en algunos casos hay varios). Actualmente se ha convertido en una herramienta imprescindible en nuestras vidas: nos sirve para ir a trabajar, para llevar al colegio a los niños, para viajar, para hacer la compra, ….. Prácticamente es impensable poder estar un solo día sin nuestro vehículo, tenemos una dependencia brutal. Por este motivo, en mayor o menor medida, lo cuidamos. Y no solo lo cuidamos tratándolo «medianamente bien» en cuanto a la manera de conducirlo, sino también en cuanto a que con cierta frecuencia pasamos sus revisiones, hacemos sus reparaciones, pasamos sus ITV.

Sin embargo, en la inmensa mayoría de los casos, estos cuidados no son voluntarios, si pudiéramos elegir no los haríamos. Pero los hacemos porque si no el coche se rompería, no andaría, no podríamos ir a todos los sitios que vamos. Perderíamos esa libertad, con el consiguiente trastorno tanto económico como en tiempo (no es lo mismo ir con mi coche a hacer la compra o a la playa que tener que coger un autobús, por ejemplo). Es decir, lo mantenemos para evitar problemas futuros, o al menos para retrasarlos, aunque eso nos suponga un coste. Pero en este caso lo vemos justificado, pagamos las revisiones para que no se me rompa el coche.

Llevemos la situación al ámbito empresarial.

¿Cual es el vehículo de nuestra empresa, su motor, sea del sector que sea, que actualmente permite que todo pueda funcionar? Evidentemente, el sistema informático es el motor de la empresa. No importa a qué se dedique la empresa, siempre hay que hacer albaranes, facturas, contabilidad, gestión de clientes, etc. Todas las empresas hoy en día tienen implantado, en mayor o menor medida, un sistema informático. Sin embargo, cabe preguntarse: ¿todas las empresas realizan mantenimientos periódicos, revisiones a los sistemas con carácter preventivo para anticiparnos a posibles problemas? La respuesta es rotunda y preocupante: NO, no lo hacen.

Y la razón es sencilla y alarmante: la informática se ve casi siempre como un coste. Es por esto que se entiende como un mal necesario en todas las empresas. Una herramienta con la que “tengo que trabajar” y además me conformo con que no se rompa nada. Y en consecuencia, si se rompe algo, se realiza el mínimo gasto para solucionar el problema: mínimo coste para que el ordenador vuelva a funcionar, para que el desarrollo vuelva a procesar, etc. Todo ello sin tener en cuenta que, en la mayoría de las ocasiones, simplemente será un parche para alargar lo inevitable: un problema más importante y más costoso.

Conclusión.

En este sentido, se plantea vital entender que es mucho más eficiente anticiparse a los problemas que correr a resolverlos de cualquier manera una vez que suceden. Las acciones preventivas son totalmente necesarias para evitar estos problemas. Lo que se plantea desde aquí es que la informática se entienda como una inversión, no un coste. Que se entienda como una ayuda, y no un lastre. En resumen, que sirva a las empresas a avanzar en sus negocios apoyándose en esa informática, y no a pesar de ella.